El día 28 de abril, en Ciudad Juárez, dos trabajadores de la construcción perdieron la vida. Una barda se les vino encima mientras trabajaban, y lo que debía ser una jornada más terminó en tragedia para dos familias que hoy están completamente destrozadas.
Desde el Congreso del Estado, subí a tribuna con el corazón en la mano y la firme convicción de que esto no puede seguir pasando. Presenté un punto de acuerdo para exhortar al presidente municipal de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, a que asuma su responsabilidad, tal como lo establece la Constitución, en lo referente a la supervisión y otorgamiento de licencias de construcción.

¿Por qué lo digo con firmeza? Porque no podemos seguir actuando como si estas tragedias fueran inevitables. No lo son. Son consecuencia directa de un gobierno que recauda, pero no supervisa; que cobra por las licencias, pero no garantiza seguridad. Y eso, simplemente, es inaceptable.
¿Dónde estaban los inspectores municipales? ¿Quién vigila que las construcciones se hagan bien, de forma segura, con materiales adecuados y personal capacitado? ¿O es que lo único que importa es que entre el dinero?
Me duele y me indigna decirlo, pero la vida de estos trabajadores no fue protegida. Y eso, aunque duela, es responsabilidad de un gobierno ausente.
El Reglamento de Construcción del Municipio de Juárez dice que las obras deben cumplir con normas de seguridad. Pero cuando ocurren muertes como esta, uno se pregunta: ¿de qué sirve ese reglamento si no se cumple?
Y si la respuesta del municipio va a ser que “esa obra no tenía licencia”, tampoco es válida. Justamente es su obligación detectar construcciones irregulares antes de que causen daños. ¡Para eso están ahí!
Por eso, mi llamado fue claro: que el alcalde asuma su deber, y que mis compañeras y compañeros diputados de las diferentes bancadas, se sumen a este exhorto. Porque esto no es de colores partidistas. Es un tema de humanidad, de justicia, de prevención.
Hoy hablé por esas dos personas que ya no pueden alzar la voz. Por sus familias, que merecen respuestas y no excusas. Porque en Juárez, la vida de cada persona vale más que cualquier papel mal entregado.
Con responsabilidad y con convicción, seguiré señalando lo que está mal. Y seguiré defendiendo a quienes más lo necesitan.



